UNA MUÑECA PARA SYLVIA
La mamá y el papá de Sylvia estaban a salvo en el cielo. Todos sus hijos estaban con ellos... excepto la pequeña Sylvia, que se había quedado en la tierra.
Todas las noches, a la luz parpadeante de las estrellas, veían a su hijita dormida en la cama. Estaban contentos porque tenía una nueva casa segura y una nueva madre que la cuidaba. Pero veían que, algunas veces, su hija estaba sola y triste, y querían enviarle un regalo desde el cielo. Un regalo que fuese una amiguita con la que Sylvia pudiese jugar y con la que pudiese dormir por las noches.
Con la ayuda de los ángeles del cielo recogieron hilos dorados del sol y también hilos plateados de la luna. Y en el telar del cielo tejieron una tela para hacer una muñeca.
Cuando la muñeca estuvo preparada, uno de los ángeles la acunó en sus brazos y la llevó, desde el cielo estrellado, hasta la tierra. Cuando llegó a la nueva casa de Sylvia, entró por la ventana y dejó a la muñeca arropada junto a Sylvia. A la mañana siguiente, cuando Sylvia se despertó, su regalo estaba esperando para saludarla. El vestido de la muñeca tenía hilos de plata y oro que brillaban a la luz de la mañana. Sylvia se sintió feliz al verla y supo que era un regalo del cielo. La llamó Ángela, y la muñeca se convirtió en su amiga especial.
(A Doll for Sylvia)
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