UN NIÑO SE FUE A NAVEGAR...
Había una vez un niño (¡justo como vosotros!) que quería correr aventuras, así que se subió a su bote y se fue a navegar sobre el resplandeciente mar azul. No había navegado mucho cuando se encontró una isla cubierta de rocas gigantes. Dejó el bote en la orilla y empezó a escalar las rocas. Y escaló y descendió, escaló y descendió y las rodeó. Pero después de un rato se cansó de escalar en las rocas.
"Escalar rocas gigantes es muy divertido, pero yo quiero vivir más aventuras bajo el sol", y subió otra vez al bote y siguió navegando sobre el resplandeciente mar azul.
Pronto llegó a una isla cubierta de arena dorada. Por suerte había llevado su pala consigo, así que dejó el bote en la orilla y empezó a jugar con la arena, excavó agujeros, ríos y túneles; hizo carreteras y construyó castillos. Pero después de un rato se cansó de excavar en la arena.
"Cavar en la arena es muy divertido, escalar rocas gigantes es muy divertido, pero yo quiero vivir más aventuras bajo el sol", y subió otra vez al bote y siguió navegando sobre el resplandeciente mar azul.
Pronto llegó a una isla cubierta de palmeras plataneras. En un árbol había un racimo de plátanos maduros. Como tenía hambre, eso era lo que necesitaba. Dejó el bote en la orilla, caminó hacia el platanero, cogió dos plátanos, se sentó a la sombra y se los comió. Luego dijo:
"Comer plátanos es muy divertido, cavar en la arena es muy divertido, escalar rocas gigantes es muy divertido, pero yo quiero vivir más aventuras bajo el sol", y subió otra vez al bote y siguió navegando sobre el resplandeciente mar azul.
Pronto llegó a una isla donde había una piscina de agua clara y fresca. Dejó el bote a la orilla y durante mucho tiempo estuvo chapoteando y jugando en el agua, pero después se cansó de chapotear y jugar en el agua:
"Chapotear en el agua fresca es muy divertido, comer plátanos es muy divertido, cavar en la arena es muy divertido, escalar rocas gigantes es muy divertido, pero yo quiero vivir más aventuras bajo el sol", y subió otra vez al bote y siguió navegando sobre el resplandeciente mar azul.
Pronto llegó a otra isla que estaba cubierta de bosques. Dejó el bote en la orilla y siguió un pequeño sendero bajo los árboles umbríos hasta que llegó a un claro. En medio del claro, había un precioso castillo construido con troncos y ramas. El castillo tenía una pequeña habitación y muchas escaleras, y un tobogán para deslizarse y un columpio para columpiarse. Así que el niño empezó a jugar en el castillo, subió y bajó las escaleras, se deslizó por el tobogán. se columpió, arriba y luego abajo. Pero después de un rato dijo:
"Jugar en el castillo es muy divertido, chapotear en el agua fresca es muy divertido, comer plátanos es muy divertido, cavar en la arena es muy divertido, escalar rocas gigantes es muy divertido, pero ahora estoy muy cansado (y bostezó), y ya no quiero vivir más aventuras bajo el sol. Y cuando estoy cansado y necesito descansar, mi camita en el bote es lo que me gusta más."
Se subió al bote y navegó hacia su casa. Su madre le estaba esperando. Le cogió, le llevó a su camita y le arropó con una suave manta azul. Luego le cantó una nana, así:
Un niñito por el mar azul a navegar se fue.
Había muchas cosas que hacer, muchas cosas que ver.
Al caer el sol, en su bote, de vuelta a casa navegó.
Y calentito en su cama, bien arropado, al país de los sueños viajó.
Cuando la madre terminó la canción, el niño ya estaba dormido.
(A Little Boy Went Sailing...)
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