lunes, 17 de diciembre de 2018

#SaveOurInternet 17: El león y las opiniones de las ovejas

This Christmas may be the last one that a free Internet exists within the EU, to the detriment of many people in the creative professions. When I first went into blogging and publishing fanfiction online over five years ago, I thought this day would never come. There would be a requiem and a ban on parodies, on sharing images and stories that move us for free, on filk lyrics and fanfiction, and pirate translations of works outside the public domain... The Members of Parliament turn a deaf ear to all of us in the creative and the electronic world, and thus, next year... if we all don't come together and do something against this Article 13, everything we know and love will fall apart.
Now I know how Odin must have felt with the forebodings of Ragnarök. But who am I to be then... Odin or Enjolras? Feeling powerless against the rising tide, or not? Not only is my career as a currently unemployed translator at stake; many other creative professionals will be facing the same dire consequences - if we don't do something ourselves.
Most surely, this year's Advent Calendar will be about Save Our Internet and have to do with the history of copyright and resistance to it - maybe this very introductory article will be barred because the name of Enjolras (or any other Les Mis character) would be as encouragingly mentioned as Macbeth, if we just sit there idly instead of coming together for the cause.


La otra cara de la moneda - El león y las opiniones de las ovejas
En todos los mercados clave, las plataformas gratuitas suelen mantenerse por publicidad de productos y servicios. Ofrecen principalmente contenidos publicados por sus propios usuarios. Y, aunque generan beneficios significativos, muy a menudo no pagan, o pagan muy poco, a los autores de las obras que se traducen en el éxito y las ganancias del negocio.
Un resultado práctico de esta situación es que, en el 2016, la recaudación proveniente del uso de músicas creció un 6,8%, o más que un 50% si solo se consideran los servicios digitales. Sin embargo, y a pesar del auge y de la popularidad de dichos servicios, los ingresos con el negocio digital supusieron únicamente un 10% del total de regalías recogidas por las sociedades de gestión colectiva. Siendo así, podemos concluir que estas lucrativas plataformas, al detener la tecnología, mantienen sus ventajas en las negociaciones con los autores. Eso nos lleva a pensar en la eficacia de soluciones regulatorias que mitiguen el problema. De momento, la legislación internacional y las leyes nacionales intentan adaptar el exitoso sistema que produjo el auge de la industria creativa en el siglo XX a la compleja ecuación digital que tenemos delante.
Sostenidas por mucha publicidad, las plataformas alegan que no son responsables del contenido publicado por sus propios usuarios. Dichos argumentos son un importante desafío a enfrentar. Si las normas locales exoneran a las plataformas por lo que hacen sus usuarios, contribuirán con la posición de dominación de los que detienen la tecnología difusora sobre los que producen las obras difundidas. 
De ahí la problemática del Artículo 13 - que, de aprobarse en enero, acabaría con la Red Libre que todos conocemos y adoramos, y que nos ofrece grandes oportunidades.
El problema surge en que ya no estamos en el siglo XX - y en que las plataformas gratuitas son gratuitas y ofrecen dichos contenidos, además de promocionar a jóvenes promesas de las artes creativas e intelectuales, así como cursos de cocina, idiomas... La Red Libre ofrece grandes oportunidades sin distinción, y esperemos que 2018 o 2019 no llegue a ser su último año de existencia.




Nu snöar det sommarsnö...
det singelsinglar flingeflingehimmelstängar...
det är pengar!
ENÖGA: hehehehehe. Dârar!!

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