domingo, 24 de abril de 2022

EL LADO OSCURO DE LAS CANCIONES INFANTILES

 Ah, las canciones infantiles. Las que nos cantaban nuestras madres, tías, abuelas y/o maestras de parvulario. Qué recuerdos nos despiertan... Bien, bien, bien... ¿y si os dijera que algunas de estas cancioncillas tienen un origen más bien siniestro? He aquí tres populares canciones infantiles que llegaron a este país de Sagitario traducidas del francés, y cuya versión original es mucho más oscura y violenta que las que se transmiten de boca a oreja en las nurseries españolas:

  1. Le petit navire / El barquito chiquitito

"Il était un petit navire,

Il était un petit navire..."

"Había una vez

un barquito chiquitito..."

Para quien no se acuerde: trata de este barquito que hace un viaje de varias semanas y, ¿cómo no?, se acaban los víveres a bordo. Tras dar cuenta del gato de a bordo y de las ratas de las que éste se alimentaba (ésto no sale en la letra, pero lo intuyo), la tripulación se ve obligada a comerse sus botines con salsa roja, roja, roja y a la nuez, lo cual les mantiene vivos y en pie hasta que llegan a puerto. Esto en la versión española. En la original francesa, toman medidas más drásticas que alimentarse de su calzado: echan a suertes a ver quién saca la pajita de trigo más corta para matar y comerse al desgraciado que la saque. Como lo oyes, recurren al canibalismo. Y, ¿quién será ese pobre pecador que saca la pajita más corta? Pues el grumete, el tripulante más joven de todos, que sólo es un niño pequeño. Para más inri, tienen varias salsas a bordo (les quedarán después de haberse zampado al gato y a las ratas), y el capitán y los oficiales discuten sobre con qué salsa servir la carne del muchacho, del que no dejarán ni el pompón rojo del gorro. Tienen a un grumete por degollar y uno quiere hacerlo con salsa termidor, otro con salsa Robert y un tercero en fricassé. Se están muriendo de inanición pero son franceses, al fin y al cabo. ¿Y el chico? Viéndose en tal situación y desesperado, recuerda que es ferviente católico y reza: "Santa María, Estrella de los Mares, ten piedad..." Y le pide al capitán, por último deseo, que hagan una última pesca antes de matarle y devorarle. Todos echan las cañas por la borda y sacan unos bacalaos así de grandes, lo cual les mantiene vivos y en pie hasta que llegan a puerto, y le salva la vida al renacuajo del grumete, que no merecía morir tan joven. Si no fuera por la Virgen... El final feliz religioso es un poco forzado como lección de fe, con su virgo ex machina que recuerda en cierto modo a Atenea en Las Euménides, pero lo que sucede antes es fortísimo e inspirado en hechos reales, como el canibalismo entre los supervivientes tras el naufragio de un barco llamado Méduse, hecho que inspiró el famoso cuadro La balsa de la Medusa que se ha parodiado hasta la saciedad en el cómic francobelga.

***************************************************************************************

2. Il était une bergère / Estaba una pastora

"Il était une bergère

et ron, et ron, petit Patapon..."

"Estaba una pastora,

laray, laray, larito..."

La pastora tiene un gatito que juega con los quesitos que ella ha hecho con la leche de su rebaño, tanto en la versión española como en la francesa. Ella, cómo no, se enfada, saca su cuchillo, y corre la sangre de su mascota. En la versión castellana, la pastora le corta el rabito. En la francesa, el gato, que se llama "le petit Patapon" como narra el estribillo, paga sus travesuras con la vida. La canción acaba así, con la pastora que mata a su gatito, que, en mi humilde opinión, no merecía morir. Los mininos pueden ser muy traviesos: mis propias mascotas bigotudas me han hecho bastantes barrabasadas, me han roto objetos frágiles (lo más parecido a arruinarme un quesito), pero nunca he derramado ni gota de su sangre: lo único que les he hecho ha sido sonarles el ano. Nuestra pastora debería de haber estado muy furiosa y haberse tomado muy a pecho lo de los quesitos... y debería de haber estado muy arrepentida tras haber acabado con su querido Patapon en la versión francesa. Algunas ilustraciones francesas la muestran acunándolo y llorando como una magdalena, en plan Piedad vaticana. Al menos el minino en la versión española simplemente se queda o colicorto o castrado, dependiendo de cómo interpretes la palabra "rabito". No sé cuál de las tres canciones es más fuerte, si la pastora, el barquito chiquitito o ésta que viene a continuación:

**************************************************************************************

3. Malbrough s'en va-t'en guerre / Mambrú se fue a la guerra

"Malbrough s'en va-t'en guerre,

mironton, mironton, mirontaine..."

"Mambrú se fue a la guerra,

mire usted, mire usted qué pena..."

Versión española: Mambrú, un líder militar por lo que parece, se va a la guerra y su esposa le espera en su castillo. No sabe si volverá por Pascuas o para Navidad, pero, como no se presenta ni para las fiestas invernales, ella sigue esperándole como buena damisela. Aquí se trunca la versión española, pero la versión francesa continúa. Ella sube a la torre más alta para otear el horizonte y ve que viene del frente un paje mensajero. Éste le cuenta lo peor que puede sucederle: que su marido ha muerto en combate y que ha visto cuatro oficiales llevando sus armas. Y que ha visto incluso a su fantasma aparecer entre los laureles. También describe cómo se celebró la misa de réquiem y cómo cada uno volvió a su hogar tras ella. La canción concluye con una nota ligeramente esperanzadora, pero aún así es bastante siniestra... estar esperando a tu esposo durante prácticamente un año y luego que venga un mensajero del frente y te diga que ha muerto en combate tu esposo el líder militar... Lo interesante es que María Antonieta ayudó a popularizar esta canción, junto con sus niñeras la cantaban mucho a los hijos de María Antonieta, Teresita y Luisito: la canción se propagó por todo Versalles, de allí a París, de allí a las provincias de Francia, de allá por toda Europa... Mambrú se volvió un fenómeno viral, y hubo una década en que llegó a eclipsar a Mozart en cuanto a popularidad. Así fue como llegó a España. Pero lo interesante es que la canción es una fantasía de poder de los franceses, que María Antonieta había aprendido de las niñeras de Versalles. Ella era hija de la emperatriz de Austria, que la había casado con la realeza francesa por poderes, para fomentar una alianza contra los prusianos. Austria y Francia habían estado enemistadas tiempo atrás... y el duque de "Mambrú", el duque de Marlborough originalmente, no había muerto en combate, sino que había muerto de viejo, y había tenido una vida larga y madura. Había sido un general británico al servicio de los Habsburgo de Austria, la familia materna de María Antonieta. Qué curioso... En resumen, la canción era una fantasía de poder y una ucronía que describía cómo les hubiera gustado a los franceses del XVIII que hubieran sido las cosas unas décadas antes...

No hay comentarios:

Publicar un comentario