Lucía limpia y ordena su habitación
_ Mamá, mamá. No encuentro mi muñeca favorita _ vociferó Lucía.
_ ¡Mmmm! No encuentras tu muñeca…, entiendo el por qué.
_ Mamá, no la encuentro por ningún lado _ se lamentó Lucía.
_ Hija, con todo este desorden que tienes en tu habitación es normal que no la encuentres. Si quieres encontrarla piensa en la limpieza y el orden _ explicó la madre dulcemente.
_ ¿Por qué, mamá? _ preguntó Lucía.
_ Observa tu cuerpo, todo está en su lugar. Imagina que tus ojos un día estuvieran en las palmas de las manos, otro día en los pies o en las rodillas _ expuso la madre.
_ ¡Eso sería un desastre! _ exclamó Lucía.
_ Pues debes aprender que el orden es importante para saber dónde está cada cosa _ reveló la madre.
_ ¡Yupi! Pues voy a ordenar mi habitación para encontrar mi muñeca preferida.
Dicho esto, Lucía comenzó a ordenar su habitación: recogió la ropa y la guardó en el armario. La ropa sucia la llevó a una cesta. Los zapatos los colocó en el zapatero.
_ ¡Lo estás haciendo muy bien!_ susurró la madre.
Lucía guiñó un ojo y continuó ordenando su habitación: los papeles y los libros los guardó en un estante. Finalmente se puso a barrer el suelo. Mientras barría debajo de la cama se llevó una grata sorpresa:
_ Mamá, mamá, mira…, mi muñeca preferida estaba debajo de la cama. ¡Voy a jugar con ella!
De esta manera Lucía aprendió la importancia del orden y la limpieza.
Autora: María Abreu
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