¡Cómo no olvidar a los cómics de galos y romanos de René Goscinny, protagonizados por los galos del norte del país Astérix y Obélix y su simpática mascota Idéafix! En todo el planeta, los nombres del pequeño rubio, del forzudo pelirrojo y del perrito blanco no cambian, puesto que están basados en dos signos de puntuación, el asterisco y el obelisco (* y †, respectivamente, ¡huelga ver la diferencia de tamaño!), y en el concepto de idea fija. Pero en cada país los nombres de los personajes secundarios, con excepción de los históricos (por ejemplo, Cleopatra o Cayo Julio César), se localizaron, no así en España y la Hispanidad, que los tomaron directamente del francés (oh là là!). Pero al veranear en Suecia y pedir cómics de galos en la biblioteca, me di cuenta de que en Suecia traducen los nombres de los demás habitantes del poblado, con resultados muy divertidos:
El druida Panorámix (a la vez narco y cura, como decía Thérèse, mi profe de francés, que viene de Burdeos) se convierte en Miraculix, Milagrósix. Sus pociones hacen milagros de verdad.
El gran jefe Abraracúrcix (siempre llevado por sus guardias en su escudo) se vuelve Majestix, Majestuósix. Un nombre que hace justicia a un porte tan imponente.
El bardo (que desafina y siempre termina atado a un árbol y amordazado) Asegurancetúrix es rebautizado como Trubadix, Trovadórix. Un nombre mucho más lírico y más breve que Seguroatodorriésguix.
El pescadero y marisquero (cuyos productos nunca están frescos), de cuyo nombre no me acuerdo, se llama en sueco Krabbofix, Cangrejipescádix, de “krabba och fisk”, cangrejo y pescado, su mercancía.
El herrero, rubio y muy musculoso (suele ser el que peor se toma las canciones del bardo y el que le ata al árbol y le amordaza), Esautomátix o Cetautomátix en francés, se llama Smidefix, Forjarréglix, de “herrero que arregla cosas”, en sueco. Como tantas cosas en un poblado galo son de metal y pueden oxidarse o romperse, el herrero está allí para repararlas.
El habitante más anciano y más cascarrabias de la aldea, Edadepiédrix o Âgecanonix en francés (“l’âge canonique” parece ser un sinónimo de “el año de la polca” o “los tiempos de Maricastaña”) en sueco fue bautizado como Senilix. No hace falta saber sueco para entender ese nombre, que viene de “senex” y de “senectud”.
Por cierto, un estudio fundado por René Goscinny hace las películas animadas de Astérix y Obélix. Su logotipo de inicio parodia el famoso león de la Metro-Goldwyn-Mayer, pero con Idéafix ladrando y, en vez de ARS GRATIA ARTIS, en las cintas de película se puede leer DELIRANT ISTI ROMANI, o “están locos estos romanos”. En italiano, las iniciales de esta frase, Sono Pazzi Questi Romani, son casualmente las mismas que el lema del imperio: Senatus Populus Que Romanus, SPQR.
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