Este es un fragmento de un cuento anónimo,“Cucufato el Revoltoso,” publicado por la editorial Calleja. Ahora a principios de agosto, con este termidor, me he visto tentada a publicarlo.
—¡No pido [···] para ti otro castigo sino que se cumpla con exceso cuanto desees!
[···]
Aterrorizado, el muchacho huyó de aquel paraje y, sin saber cómo, se encontró a muchas leguas de allí, [···]. Sentía [···] una sed devoradora.
Quiso beber [···], pero eso sí que fue un verdadero tormento. [···] El agua le brotaba de las muelas, pasaba a torrentes por su garganta como un río y no podía contener aquella incesante corriente que amenazaba ahogarle por dentro.
—¡No quiero [···] más! —exclamó.
Y, diciendo esto, se quedó tan seco [···] como antes.
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