“La Vaca Cega”, de Joan Maragall, fue traducida por una servidora
en febrero de este año en su blog, con el título “The Blind Cow”:
LA
VACA CEGA
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THE
BLIND COW
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Now
stumbling on this tree-trunk, now on that,
instinctively towards the waterway ambles a lonely cow: she's wholly blind. The cowherd lad, throwing too well a rock, put out her right eye, and a cataract veils the left one: the cow is wholly blind. She seeks the cooling fountain, like before, but not with the resolve of yesteryear, nor with her friends; no, but all on her own. Her friends, upon the valleys and the hills, the meadows and the riverbank, in peace, ring, as they ruminate fresh grass, their bells, by chance: if she did so, she would fall down. She stumbles face-first into the hard pipe and, wavering, reels back; yet she returns, lowers her head to drink and drinks, serene. She merely sips, without much of a thirst, then raises to the skies the horned head with a most tragic gesture, as she blinks with dead eyes, ere away she wends her way, bereft of light beneath the burning sun, wavering down a path that knows no end, listlessly flicking her tail to and fro. |
Lo primero que hay que destacar en este caso es el hecho de que el
texto meta está en pentámetro yámbico, en
blank verse, al estilo de Shakespeare y otros clásicos
literarios anglófonos. Es el ritmo intrínseco que posee la lengua
inglesa, y el más afín al endecasílabo del original catalán. El
pentámetro yámbico es la estructura musical eufónica por
naturaleza de la lengua inglesa. A cada idioma le sale un esquema
prosódico eufónico diferente (en el caso del español, se trata del
octosílabo). “Oh yeah” (yambo) es eufónico en inglés,
mientras que “Thank you” (troqueo) no lo es tanto.
Por ende, el que la traducción esté en blank verse nos proporciona
un claro ejemplo de opción de la traducción del
verso que Holmes denomina forma analógica: la
adopción de una forma que, en la tradición de la literatura meta,
tenga una función paralela a la de la forma utilizada por el
original en su tradición respectiva.
El poema original fue escrito por Joan Maragall en el Pirineo catalán
en 1893; la vaca ciega existió en realidad, y tanto ella como el
joven vaquero que le sacó el ojo de una pedrada procedían de Sant
Joan de les Abadesses (comarca del Ripollés). A una ocurrencia tan
mundana como una vaca ciega que bebe agua, la reacción de Maragall
le da un aire de tragedia y de fatalidad, llegando a transmitir la
fuerza revitalizadora que tiene la compasión.
Sandra Dermark se topó con “La vaca cega” en un libro de Lengua
Valenciana de Secundaria: como friki, o geek, trilustre
acosada en clase por sus compañeros debido a sus gustos y aficiones,
buscando refugio en la literatura y en los estudios. No tardó en ver
reflejada su propia situación en la de la vaca distanciada del
rebaño. Seis o siete años después, con la mudanza temporal de
Castellón a Valencia y el máster, se le vino a la mente la idea de
traducir el poema al inglés en pentámetro yámbico, la contraparte
inglesa del endecasílabo en las lenguas de la Península Ibérica.
Lo primero que cabe señalar en esta traducción es el
léxico empleado en la versión inglesa. Se trata de un
léxico en ocasiones más elevado que en el del texto origen: donde
la vaca de Maragall “se'n va”, la de la traducción “ambles;”
la vaca del texto origen está “vacil·lant” donde la de Dermark
está “wavering;” “se'n torna” en el poema catalán
donde “she wends her way” en la traducción; y “el ferm
posat d'altres vegades” de Maragall se ha anglicizado con maestría
y destreza como “the resolve of yesteryear” en el texto
meta.
También se han tenido que sacrificar o distorsionar locuciones y
metáforas en aras de la métrica, ya por culpa de la cuenta de
sílabas (“d'esma” => ”instinctively”), ya de la
acentuación de las palabras, siendo la intención de la traductora
la de crear, en este caso, un blank verse sin irregularidades
(“orfe de llum” => ”bereft
of light”).
La versión de Dermark también añade ciertos detalles, aprovechando
los yambos libres que le deja en la plantilla del pentámetro el
monosilabismo de la lengua inglesa al verter de una lengua románica.
Siendo el más sobresaliente que el texto meta explica que fue el ojo
izquierdo en el que se le puso una nube, o catarata, a la vaca; y el
derecho, el que perdió a causa de una pedrada demasiado certera
lanzada por un joven mayoral. Este detalle, añadido debido a las
exigencias del pentámetro, se halla ausente en el poema original de
Maragall. Nunca sabremos si la vaca ciega real de los Pirineos que
inspiró el poema perdió qué ojo por qué causas. Y, teniendo en
cuenta que tanto “left” como “right” son
monosílabos, también podría haber sido el ojo izquierdo el que le
sacó aquella pedrada a la vaca dermarkiana, entonces tuerta; pero
tal vez subconscientemente asociando “put out her right
eye” con “put out the light”, Dermark
encontró la solución más eufónica, eufonía que repite con las
fricativas al decir que la catarata “veils her
left one.”
Otro detalle que merece recalcar es la traducción de “l'embanyada
testa” como “the horned head,” que barniza el verso
original de Maragall con una brillante capa de intertextualidad, ya
que se trata de una alusión al poema de A.E. Housman “Terence,
This Is Stupid Stuff:”
“The cow, the old cow, she is dead;
It sleeps well, the horned head:
We poor lads, 'tis our turn now
To hear such tunes as killed the cow. “
It sleeps well, the horned head:
We poor lads, 'tis our turn now
To hear such tunes as killed the cow. “
Asociando a la vaca de Maragall con la de Housman, el texto meta la
dota, presintiendo su destino, de una nota aún más trágica.
El poema también describe, en ambas versiones, rasgos de un paisaje
rural montañoso (de los Pirineos catalanes): laderas, precipicios,
colinas falderas (“foothills”), valles, troncos de árboles,
además de un riachuelo y una fuente de régimen nival. Es por
defecto un paisaje diurno donde hace buen tiempo, cuya belleza y
frescura crean un vívido contrapunto a la invidencia de la vaca,
sobre todo porque sus compañeras son conscientes del entorno. Tanto
la sed como el tacto (los troncos de los árboles, la afilada pica de
acero de la fuente), a falta de vista, espolean a la vaca ciega, y el
énfasis en estos estímulos (¿quién no se ha levantado a por un
vaso de agua de noche?) queda magistralmente reflejado en la
traducción dermarkiana.
Para finalizar, y a modo de resumen, sería interesante hacer énfasis
en los últimos versos para ver qué se ha ganado, perdido y alterado
al realizar su traducción:
LA VACA CEGA
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THE BLIND COW
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She
merely sips,
without much of a thirst,
then raises to the skies the horned head with a most tragic gesture, as she blinks with dead eyes, ere away she wends her way, bereft of light beneath the burning sun, wavering down a path that knows no end, listlessly flicking her tail to and fro. |
De “l'embanyada testa” adquiriendo nuevas connotaciones
intertextuales con la traducción como “the horned head”
ya hemos hablado. En aras de la métrica, también se ha sacrificado
el adjetivo “enorme” aplicado a la cabeza de la vaca, pero la
alusión a Housman compensa esta omisión con creces.
Mientras que la vaca de Maragall “beu poc”, la de Dermark “merely
sips”, acentuando aún más su falta de sed. La métrica también
ha obligado a Dermark a prescindir de la metáfora “orfe de llum”
y traducirla como “bereft of light”, compensando con el adjetivo
arcaico. Notemos también la aliteración en “bereft of
light beneath the burning sun.”
Comparando “i se'n torna” con “ere away she wends her way,”
este verso pone más énfasis en la primera mitad en el texto origen
y en la segunda en el texto meta, que hace énfasis en que la vaca se
da la vuelta y se marcha, distanciándose de la fuente.
“Camins inoblidables” se ha vertido, en aras de la métrica, como
“a path that knows no end”: no haciendo énfasis en que el camino
es imposible de olvidar para la vaca ciega, sino en que no sabe dónde
el camino de su vida acabará, como animal discapacitado que es.
Por último, cabe hablar de la traducción del verso final, con esa
omisión de “la llarga cua”, que Dermark compensa al traducir
parcialmente el sentido de “brandant” con las palabras finales
“to and fro”, expresión que sugiere y describe un movimiento
pendular. El efecto de las palabras finales de los dos textos es
diferente: “la llarga cua” de Maragall se centra en la longitud
de su cola, mientras que Dermark, con “to and fro”, pone énfasis
en dicho movimiento pendular y dota de más ritmo, musicalidad y
melancolía al verso final.
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